lunes, 16 de enero de 2012

LAS EMPRESAS DEBEN SER UN LABORAORIO DE CREATIVIDAD

Las empresas deben ser un laboratorio de creatividad.
Publicado por Latinpyme en ene 16, 2012 en Interes, Marketing.
La mayoría de las empresas se dejan consumir por el día a día y no le dedican el tiempo suficiente a la generación de ideas ni mucho menos promueven los talleres creativos. Pero en el interior de cada organización existe una mina de oro depositada en el conocimiento de cada empleado.

Cuando se le pregunta a Stewart Buterfiedl, cofundador de Flickr y considerado como uno de los 100 personajes más influyentes del mundo, cuál es el secreto del éxito en los negocios, responde sin vacilar: la creatividad. Gracias a los talleres creativos han surgido las grandes innovaciones de la tecnología, que han cambiado el mundo y el trabajo tradicional.

Baterfiedl, que en 2011 fue invitado por Telefónica Movistar a contar su historia de cómo se hizo millonario a través de la fundación de Flicr, señala que toda organización debería reservar un espacio para provocar las “lluvias de ideas”.

En conclusión, este filósofo que no tenía idea de tecnología, construyó con un grupo de amigos de la universidad lo que hoy es considerado como un verdadero caso de éxito a través de simulaciones, que no eran otra cosa que talleres creativos. Y los casos abundan.

El presidente de Coca Cola, por ejemplo, le dedica varios días a la semana a la generación de ideas con su equipo de trabajo. Unas son valiosas, otra no tanto; muchas se desechan, pero cada aporte contribuye a reinventar procesos, a mantener en alto la moral de la organización.

Las pequeñas genialidades

Aquellas compañías que fundamentan su permanencia en el slogan “aquí siempre esto se ha hecho así”, están condenadas a la muerte súbita. “Eso era válido en las economías protegidas que tenían un mercado cautivo”, afirma Peter Senge, autor de la ‘Quinta Disciplina’, que se refiere a las organizaciones inteligentes.

Aunque la competencia ha hecho reaccionar a los ejecutivos y actualmente es común escuchar hablar sobre innovación, también es cierto que en muchas empresas –pequeñas, medianas y grandes-, el día a día es el gran consumidor del recurso más valioso: el tiempo.

El síndrome “lo urgente reemplaza lo importante” sigue prevaleciendo, infortunadamente, y son muy pocas los minutos y las horas que se destinan a generar ideas con valor agregado. “Las lluvias de ideas” que se realizan en cada departamento son como un laboratorio”, sostiene Senge. Lo cierto es que los empleados están llenos de sabiduría, pero a ellos nunca se acude.

¿Por qué?

Hace falta una motivación por parte de las directivas. Un verdadero líder se despoja de sus aureolas, escucha, promueve el diálogo y saca lo mejor de cada uno de los integrantes de su equipo.

¿Quién más que un conductor tiene la información acertada sobre las dificultades que se presentan en el transporte de las mercancías? Quizás no exista otra persona más apropiada. Pero en las empresas se hacen diagnósticos y se diseñan nuevas estrategias teóricas sin partir del conocimiento práctico.

Por ello, en muchas ocasiones, se lanzan grandes proyectos que terminan en el fracaso. Entonces se regresa al pasado y se lanza un mensaje que afecta la confianza del cliente interno.

Vitamina para la pertenencia

Cuando se socializan los temas, se le da participación a los integrantes del equipo, se les valora sus propuestas, ellos se sienten comprometidos con la organización, señala Alfredo Carvajal, quien fue el último presidente de la organización que lleva su apellido y que para formular la misión y visión de la empresa organizó talleres por departamento, incluidos los empleados internacionales.

Cada uno hizo su aporte, dice. De modo que la estrategia que se montó sobra la base de “Carvajal hace las cosas bien”, obedece a una visión compartida.

Las organizaciones generalmente tienen problemas de aprendizaje, que son más fáciles de superarlos si promovemos la creatividad y, por supuesto, incluimos los empleados. Esos problemas, señala Senge, parten de los siguientes paradigmas.

-Yo soy mi puesto: nos enseñan a ser leales a nuestro puesto, al extremo de confundir nuestra tarea con nuestra identidad.

- Enemigo externo: todos tenemos la propensión a culpar a un agente externo cuando las cosas salen mal. Algunas organizaciones elevan esta propensión a un mandamiento. “Siempre hallarás a un agente externo a quien culpar”. La historia del enemigo externo, es siempre parcial debemos comenzar por descubrir que el afuera y el adentro forman parte de un mismo sistema.

- La ilusión de hacerse cargo: esta moda de ser pro activo, el entrar en acción sucede hasta que aparecen los verdaderos problemas. Cuando hay que afrontarlos, mucha gente mira para otro lado, espera a que “alguien” haga algo, y espera que la solución caiga del cielo. Hay que ser astutos y realizar una acción antes que estalle un alerta roja.

- A menudo la pro actividad es reactividad disfrazada: “soluciones tipo bombero ” Si nos volvemos más agresivos para luchar contra el enemigo externo estamos reaccionando. La verdadera proactividad surge de ver cómo resolver el problema. Gestión de Calidad: implementar acciones preventivas.

- Fijación en los hechos: quedamos inmersos en solucionar los efectos y no se trabaja en el análisis de las causas que los ocasionan, sobre las cuales deben tomarse las decisiones. Al percibir los hechos podemos predecir antes de que ocurra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario